martes, 29 de abril de 2014

CONCEPCION ESTÉTICA DEL ARTE Y LA LITERATURA.

CONCEPCION ESTÉTICA DEL ARTE Y LA LITERATURA.

José Martí consideraba que lo bello era irrepetible y que el arte era una belleza expresada, una pieza sincera es una belleza integra, es decir relaciona la integridad con la belleza se halla un hombre bello cuando ese hombre es un ser integro.

La concepción estética de arte se muestra en un paralelo muy importante donde se dan aportes desde los pensamientos argumentados de Martí y de Florinda Alzaga. A partir de este escrito se quiere mostrar estos conceptos que dan diferentes miradas al arte estético, al arte bello de la literatura.
Martí expresa que un artista crea, no solo unas líneas mostradas por grafos, sino que el arte es mucho más que letras, el artista crea un cuerpo, una imagen, un espacio, un evento, y mil cosas más. Con esta expresión muestra el arte con una intencionalidad de libre expresión, es más, si  de oídas alguien que nunca antes hubiese escuchado a cerca de la literatura y leyera las múltiples formas bellas que hace Martí con su aporte a la literatura, lograría poner su espíritu creador en el máximo nivel de la inspiración.
Florinda Alzaga señala el arte  como un anticipo  del futuro al que concede un cierto carácter sobrenatural, es decir que el arte es la posibilidad que se tiene para ir a los extremos de la imaginación, ¿Quién puede limitar una creación? Solo quien crea es el que puede delimitar, finalizar, continuar o renovar su propia inspiración, no es necesaria la irrealidad, basta solo con crear con el alma y el espíritu.
“el arte es la forma de lo divino, la revelación de lo extraordinario. El ritmo de la poesía, el eco de la música, el éxtasis beatifico que produce que produce en el ánimo la contemplación de un cuadro bello” (hasta el cielo, Quintana). Con esto se puede dar  un pauta de que cada escrito que un autor ha construido, cada melodía que se ha creado, es la muestra de lo extraordinario y fascinante, porque solo un hombre de alma y espíritu bello, pueden crear, para recrear a alguien que va más allá de su propio ser, los demás.

Por eso Martí habla mucho acerca de la belleza no superficial, de la creación que es del hombre para el hombre, es decir que la creación artística sea tan clara y transparente que solo se pueda evidenciar con el entendimiento y la razón que aunque capte líneas sobrenaturales, no dejan de ser tan claras que pareciera que algún día dicho hecho hubiese existido.
“el arte es el modo más corto de llegar al triunfo de la verdad” (Obras completas, ed. Quintana) cuando se hace arte desde lo estético, hay pureza, por eso el artista cuando crea desde la inspiración de sus sentimientos.
La verdad vista desde diferentes perspectivas puede ser: empírica como lo muestra William James (1842-1910), o también puede ser vista desde la utilitaridad, es decir, verdad es lo que es útil  como lo expresa John Stuart Mill (1806-1873). Así no solo ellos hablan acerca de la verdad, pero hablar del arte estético es hablar de la verdad mostrada en la expresión del hombre, porque solo es gracias a la creación, que podemos oír en las diferentes melodías, leer en las diferentes obras que podemos ver reflejada el alma de los autores, sus pensamientos y sentimiento, por eso Martí habla de la transparencia de la verdad y el hombre íntegro.
“las obras literarias, si no son la explosión de una individualidad fantástica y espontánea, adecuable a todas las edades, son el reflejo del tiempo en que se producen” (Fragmentos, Ed. Nac)
Con esto se da conclusión  a la belleza del arte estético, ya que se crea con fantasía o invención propia o las circunstancias llevan a la creación.

BIBLIOGRAFIA
Hasta el cielo, Quintana, III, p. 662.
“Desde el Hudson”, Obras completas, ed. Quintana, II. P. 233-234
“Fragmentos”, Ed. Nac. Cuba, XXII, p.97.
VIOLENCIA VS LITERATURA
¿QUÉ ESTÁS CREANDO?

 
 




 

VIOLENCIA = A FIN  Y DESTRUCCION DE LOS TIEMPOS.

SE ESTA FORMANDO UNA SOCIEDAD INVISIBLE.

UNA REALIDAD ANTIESTÉTICA
 
 



JOSÉ MARTÍ “LA VIDA Y EL HOMBRE PUEDEN SER BELLOS CUANDO SE EXPRESA POR MEDIO DEL ARTE LA INTEGRIDAD QUE LO COMPONE” FLORINDA ALZAGA “EL ARTE PRODUCE ANTICIPOS DE UN FUTURO AL QUE CONCEDE UN CIERTO CARÁCTER SOBRE NATURAL”

CREA DESDE LO QUE CONSTRUYE; FANTASIAS, ILUSIONES, MUNDO REALES E IRREALES, CREA DESDE LA FORMACION DE OTROS SERES SOBRENATURALES, CREA DESDE LA BELLAZA DEL ALMA, CREA DESDE EL DOLOR DE LOS SENTIMIENTOS, PERO NO CREES PARA ACABAR CON AQUELLOS QUE AMAN EL ARTE, NO CREES ESTRATEGIAS, PARA CAMBIAR LA MIRADA DE LO BELLO, NO CREES MEMORIAS PARA QUE ARTISTAS PLASMEN EN SUS INVENCIONES LOS HORRORES DE LA VIOLENCIA. NO OLVIDES QUE UN ARTISTA AUNQUE MUERA EN LA GUERRA SIEMPRE ES INMORTAL




DISCURSOS PREMIOS NOBEL
La soledad de América Latina
[Discurso de aceptación del Premio Nobel 1982. Texto completo.]

Gabriel García Márquez
Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que sin embargo parece una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen.
Este libro breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el testimonios más asombroso de nuestra realidad de aquellos tiempos. Los Cronistas de Indias nos legaron otros incontables. Eldorado, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas numerosos durante largos años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los cartógrafos. En busca de la fuente de la Eterna Juventud, el mítico Alvar Núñez Cabeza de Vaca exploró durante ocho años el norte de México, en una expedición venática cuyos miembros se comieron unos a otros y sólo llegaron cinco de los 600 que la emprendieron. Uno de los tantos misterios que nunca fueron descifrados, es el de las once mil mulas cargadas con cien libras de oro cada una, que un día salieron del Cuzco para pagar el rescate de Atahualpa y nunca llegaron a su destino. Más tarde, durante la colonia, se vendían en Cartagena de Indias unas gallinas criadas en tierras de aluvión, en cuyas mollejas se encontraban piedrecitas de oro. Este delirio áureo de nuestros fundadores nos persiguió hasta hace poco tiempo. Apenas en el siglo pasado la misión alemana de estudiar la construcción de un ferrocarril interoceánico en el istmo de Panamá, concluyó que el proyecto era viable con la condición de que los rieles no se hicieran de hierro, que era un metal escaso en la región, sino que se hicieran de oro.
La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia. El general Antonio López de Santana, que fue tres veces dictador de México, hizo enterrar con funerales magníficos la pierna derecha que había perdido en la llamada Guerra de los Pasteles. El general García Moreno gobernó al Ecuador durante 16 años como un monarca absoluto, y su cadáver fue velado con su uniforme de gala y su coraza de condecoraciones sentado en la silla presidencial. El general Maximiliano Hernández Martínez, el déspota teósofo de El Salvador que hizo exterminar en una matanza bárbara a 30 mil campesinos, había inventado un péndulo para averiguar si los alimentos estaban envenenados, e hizo cubrir con papel rojo el alumbrado público para combatir una epidemia de escarlatina. El monumento al general Francisco Morazán, erigido en la plaza mayor de Tegucigalpa, es en realidad una estatua del mariscal Ney comprada en París en un depósito de esculturas usadas.
Hace once años, uno de los poetas insignes de nuestro tiempo, el chileno Pablo Neruda, iluminó este ámbito con su palabra. En las buenas conciencias de Europa, y a veces también en las malas, han irrumpido desde entonces con más ímpetus que nunca las noticias fantasmales de la América Latina, esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas, cuya terquedad sin fin se confunde con la leyenda. No hemos tenido un instante de sosiego. Un presidente prometeico atrincherado en su palacio en llamas murió peleando solo contra todo un ejército, y dos desastres aéreos sospechosos y nunca esclarecidos segaron la vida de otro de corazón generoso, y la de un militar demócrata que había restaurado la dignidad de su pueblo. En este lapso ha habido 5 guerras y 17 golpes de estado, y surgió un dictador luciferino que en el nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo. Mientras tanto 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa occidental desde 1970. Los desaparecidos por motivos de la represión son casi los 120 mil, que es como si hoy no se supiera dónde están todos los habitantes de la ciudad de Upsala. Numerosas mujeres arrestadas encintas dieron a luz en cárceles argentinas, pero aún se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción clandestina o internados en orfanatos por las autoridades militares. Por no querer que las cosas siguieran así han muerto cerca de 200 mil mujeres y hombres en todo el continente, y más de 100 mil perecieron en tres pequeños y voluntariosos países de la América Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Si esto fuera en los Estados Unidos, la cifra proporcional sería de un millón 600 mil muertes violentas en cuatro años.
De Chile, país de tradiciones hospitalarias, ha huido un millón de personas: el 10 por ciento de su población. El Uruguay, una nación minúscula de dos y medio millones de habitantes que se consideraba como el país más civilizado del continente, ha perdido en el destierro a uno de cada cinco ciudadanos. La guerra civil en El Salvador ha causado desde 1979 casi un refugiado cada 20 minutos. El país que se pudiera hacer con todos los exiliados y emigrados forzosos de América latina, tendría una población más numerosa que Noruega.
Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras. Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual éste colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte. Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad.
Pues si estas dificultades nos entorpecen a nosotros, que somos de su esencia, no es difícil entender que los talentos racionales de este lado del mundo, extasiados en la contemplación de sus propias culturas, se hayan quedado sin un método válido para interpretarnos. Es comprensible que insistan en medirnos con la misma vara con que se miden a sí mismos, sin recordar que los estragos de la vida no son iguales para todos, y que la búsqueda de la identidad propia es tan ardua y sangrienta para nosotros como lo fue para ellos. La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios. Tal vez la Europa venerable sería más comprensiva si tratara de vernos en su propio pasado. Si recordara que Londres necesitó 300 años para construir su primera muralla y otros 300 para tener un obispo, que Roma se debatió en las tinieblas de incertidumbre durante 20 siglos antes de que un rey etrusco la implantara en la historia, y que aún en el siglo XVI los pacíficos suizos de hoy, que nos deleitan con sus quesos mansos y sus relojes impávidos, ensangrentaron a Europa con soldados de fortuna. Aún en el apogeo del Renacimiento, 12 mil lansquenetes a sueldo de los ejércitos imperiales saquearon y devastaron a Roma, y pasaron a cuchillo a ocho mil de sus habitantes.
No pretendo encarnar las ilusiones de Tonio Kröger, cuyos sueños de unión entre un norte casto y un sur apasionado exaltaba Thomas Mann hace 53 años en este lugar. Pero creo que los europeos de espíritu clarificador, los que luchan también aquí por una patria grande más humana y más justa, podrían ayudarnos mejor si revisaran a fondo su manera de vernos. La solidaridad con nuestros sueños no nos haría sentir menos solos, mientras no se concrete con actos de respaldo legítimo a los pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en el reparto del mundo.
América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin albedrío, ni tiene nada de quimérico que sus designios de independencia y originalidad se conviertan en una aspiración occidental.
No obstante, los progresos de la navegación que han reducido tantas distancias entre nuestras Américas y Europa, parecen haber aumentado en cambio nuestra distancia cultural. ¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes? No: la violencia y el dolor desmesurados de nuestra historia son el resultado de injusticias seculares y amarguras sin cuento, y no una confabulación urdida a 3 mil leguas de nuestra casa. Pero muchos dirigentes y pensadores europeos lo han creído, con el infantilismo de los abuelos que olvidaron las locuras fructíferas de su juventud, como si no fuera posible otro destino que vivir a merced de los dos grandes dueños del mundo. Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad.
Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte. Una ventaja que aumenta y se acelera: cada año hay 74 millones más de nacimientos que de defunciones, una cantidad de vivos nuevos como para aumentar siete veces cada año la población de Nueva York. La mayoría de ellos nacen en los países con menos recursos, y entre éstos, por supuesto, los de América Latina. En cambio, los países más prósperos han logrado acumular suficiente poder de destrucción como para aniquilar cien veces no sólo a todos los seres humanos que han existido hasta hoy, sino la totalidad de los seres vivos que han pasado por este planeta de infortunios.
Un día como el de hoy, mi maestro William Faullkner dijo en este lugar: "Me niego a admitir el fin del hombre". No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.
Agradezco a la Academia de Letras de Suecia el que me haya distinguido con un premio que me coloca junto a muchos de quienes orientaron y enriquecieron mis años de lector y de cotidiano celebrante de ese delirio sin apelación que es el oficio de escribir. Sus nombres y sus obras se me presentan hoy como sombras tutelares, pero también como el compromiso, a menudo agobiante, que se adquiere con este honor. Un duro honor que en ellos me pareció de simple justicia, pero que en mí entiendo como una más de esas lecciones con las que suele sorprendernos el destino, y que hacen más evidente nuestra condición de juguetes de un azar indescifrable, cuya única y desoladora recompensa, suelen ser, la mayoría de las veces, la incomprensión y el olvido.
Es por ello apenas natural que me interrogara, allá en ese trasfondo secreto en donde solemos trasegar con las verdades más esenciales que conforman nuestra identidad, cuál ha sido el sustento constante de mi obra, qué pudo haber llamado la atención de una manera tan comprometedora a este tribunal de árbitros tan severos. Confieso sin falsas modestias que no me ha sido fácil encontrar la razón, pero quiero creer que ha sido la misma que yo hubiera deseado. Quiero creer, amigos, que este es, una vez más, un homenaje que se rinde a la poesía. A la poesía por cuya virtud el inventario abrumador de las naves que numeró en su Iliada el viejo Homero está visitado por un viento que las empuja a navegar con su presteza intemporal y alucinada. La poesía que sostiene, en el delgado andamiaje de los tercetos del Dante, toda la fábrica densa y colosal de la Edad Media. La poesía que con tan milagrosa totalidad rescata a nuestra América en las Alturas de Machu Pichu de Pablo Neruda el grande, el más grande, y donde destilan su tristeza milenaria nuestros mejores sueños sin salida. La poesía, en fin, esa energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos.
En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte. El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora revelación de que mi intento no ha sido en vano. Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía. Muchas gracias.
FIN

William Faulkner
"Entrega Premio Nobel"
Discurso pronunciado al recibir el Premio Nobel en 1950

Enlaces
: Premios Nobel | William Faulkner
Me niego a aceptar el fin del hombre"
"Pienso que este premio no se otorga a mi persona sino a mi trabajo; el trabajo de una vida en el sudor y la agonía del espíritu humano, no por la gloria, y menos que nada por la ganancia, sino por crear, a partir de los materiales del espíritu humano, algo que no existía antes. Así que este premio sólo se me confía.
No será difícil encontrar un destino a su parte monetaria que sea adecuado al propósito y significado de su origen. Pero quisiera hacer lo mismo con la proclama, al emplear este momento como una cumbre desde la cual pueda ser escuchado por los hombres y mujeres jóvenes que ya se dedican a la misma labor y angustia, entre los cuales se encuentra ya aquel que ocupará el lugar que ahora ocupo yo.

Nuestra tragedia hoy es un miedo físico general y universal, sostenido por tanto tiempo que incluso podemos sopesarlo. Ya no hay más problemas del espíritu. Sólo existe la pregunta: ¿Cuándo me barreran? Por este motivo, el hombre o mujer joven que escribe hoy ha olvidado el problema del conflicto del corazón humano consigo mismo, que es lo único que puede lograr la buena escritura porque es lo único sobre lo que vale la pena escribir; sólo eso merece el sudor y la agonía. Él debe aprenderlo otra vez.

Debe enseñarse así mismo que tener miedo es lo más bajo que hay; y al enseñarse eso, olvidar el miedo para siempre, y no dejar espacio en su taller a nada que no sean las viejas verdades y realidades del corazón; las viejas verdades universales sin las cuales una historia es efímera y está condenada a morir: amor y honor y caridad y orgullo y compasión y sacrificio. Mientras no haga eso, trabajo bajo una maldición. No escribe de amor sino de lujuria, de derrotas en las que nadie pierde nada de valor, de victorias sin esperanza, y lo peor de todo, sin caridad ni compasión. Sus aflicciones no se duelen en huesos universales, no dejan cicatrices. No escribe del corazón sino de las glándulas. Hasta que vuelva a aprender estas cosas, escribirá como si asistiera al fin del hombre y lo contemplara.

Me rehuso a aceptar el fin del hombre. Es bastante fácil decir que el hombre es inmortal simplemente porque perdurará: prevalecerá. Es inmortal, no porque sea el único espíritu capaz de compasión y sacrificio y resistencia. El deber del poeta, del escritor, es escribir acerca de éstas cosas. Es un privilegio aligerar el corazón del hombre para ayudarlo a resistir, al recordarle el valor y honor y orgullo y esperanza y compasión y caridad y sacrificio que han sido la gloria de su pasado. No es necesario que la voz del poeta sea un mero registro del hombre, puede ser uno de los apoyos, de los pilares para ayudarlo a perdurar y prevalecer."
CARACTERIZACION DE LA LITERATURA
Los autores dan un relato vivencial partiendo de la experiencia que vivieron al escribir esas líneas que les permitió el tan honroso galardón de un premio nobel.
William Faulkner
Habla en su relato de una literatura que no se inventó con el objetivo de enriquece y que aunque da fama y prestigio no es el objetivo por el cual él quiso escribir sus inventos y plasmarlos en un libro. Muestra la literatura, la poesía y la narrativa con una intensión de persuadir, de trasladar la imaginación del lector. La literatura como la verdad del corazón, muestra que el miedo es el peor amigo del hombre, es necesario que se desborden los sentimientos, el escritor debe ser tan sincero que logre mantener un perfil inmortal.
Gabriel García Márquez
Él muestra en su relato la descripción de varias obras mostrando la fantasía que quiso plasmar en sus obras y habla de la literatura como la oportunidad de expresar con libertad lo que se quiera. También muestra la literatura como la oportunidad de que un hombre demuestre su existencia. La poesía es la energía de la vida que cuece los garbanzos del amor.

VIDEOS DE PREMIOS NOBEL


ELOGIO A LA LITERATURA.
Como negar la dicha que se tiene al poder contar cada sentimiento, cada experiencia que el diario vivir nos deja, donde cada segundo nos permite cambiar el ánimo que puede pasarse en un sube y baja constante y es así como nos convertimos en el mejor confidente de dichas y desgracias de sí mismo. ¿Una oportunidad? O ¿una salida? Simplemente es la evidencia de un ser que vive y no siente miedo de decir y escribir.
 Gracias  a todos aquellos poetas y escritores, como Plablo Neruda, Rafael Pombo Jairo Anibal Niño, Patrick Suskind, entre otros tantos, que no tuvieron miedo de un día escribir, convirtiéndose en poetas, novelistas, y recopiladores de la fantasía, lo sobrenatural, donde la realidad puede fusionarse con lo irreal y darle magia a la vida de muchos, el leer es la práctica más enriquecedora, fascinantes y natural, la literatura no pretende ser el oficio somnoliento del hombre, pretender ser la oportunidad de vivir sin fronteras, no es justo que en las escuelas la literatura, sea la parte aburrida del aprendizaje, cuando es la oportunidad que tiene el alma y el corazón para desbordar los sentimientos. Quien nunca ha inventado unas frases para su gran amor, se ha perdido los indicios de la escritura innata, pura y sincera.
Gracias  a todos aquellos que han hecho literatura, dando así, oportunidades de llorar, sufrir, vivir, esperar, construir, inventar, con historias y hechos de los cuales no somos protagonistas  

 DIRECCIONES DE CONSULTA:





TRABAJO REALIZADO POR MARLESBI MORENO

viernes, 25 de abril de 2014

Cuerpo con sentido

 Hacia una pedagogía poética.

Video La pared de Pink Floyd.

El video “Otro ladrillo en la pared” de Pink Folyd, nos presenta un contexto educativo donde el cuerpo no es más que la representación de un producto, que simplemente se elabora con la transmisión de conocimientos, y sigue patrones de conducta; donde no se cuida, se da sentido ni se comprende el cuerpo, como señala Cuervo, “con un sentido complejo: ideas, emociones, sensaciones se tejen con la sangre y el corazón”. De ahí que  el estudiante se ve limitado a la forma de “tener un cuerpo” pero no “ser un cuerpo”, ya que no tiene poder absoluto sobre él mismo, sino que está sujeto a determinaciones de otros, de igual manera, tiene cerradas las posibilidades a vivir el arte, que es una posibilidad para ser cuerpo,  puesto que el maestro al encontrarlo creando poesía, en lugar de admirarlo por su habilidad, por el contrario lo ridiculiza con burla ante su creación señalando, “El joven aquí se cree un poeta (…), absoluta Basura”, creando huellas en su ser, estableciéndose relaciones humanas de control y dominación, construyendo un sentimiento de odio y resentimiento con ideal de destrucción de aquello que lo afecto.
De otra parte, el maestro ejecuta como opresor sobre el oprimido que es el estudiante, pensando solo en si mismo y no en el otro, dejando de lado que hay que comprender el cuerpo como lo presenta Morín, citado por Cuervo: “a la palabra comprensión: asir en conjunto y proyectarse en relación al otro”, evidenciando que no posee un cuerpo cuidado, puesto que no esta curado de la huellas de la violencia que vivía en su familia con la esposa que lo maltrataba, y descargaba esa rabia y ese dolor con sus estudiantes, golpeándolos y agrediéndolos psicológicamente.
Por último, la sociedad de la vigilancia se evidencia en el autoritarismo, la opresión, la humillación, la burla, la intimidación que se presenta tanto en el hogar del maestro por parte de su esposa y en el colegio por parte de los maestros hacia los estudiantes.

 MI CUERPO, MÁS ALLÁ DE UNA COMPOSICIÓN DE CÉLULAS

Para la profesora Clara cuervo, poesía es la interpretación del cuerpo en todas sus dimensiones, que promueve la formación humana desde la afectación de la subjetividad, ya que para ella, afectar la subjetividad es afectar el cuerpo. De ahí, que apuesta a una educación: formar el cuerpo para formar subjetividad.

Precisando que la poesía es un arte, considera que ésta suscita formas de pensar, emocionar, sentir, asumir el cuerpo que transgreden, afectan, acontecen nuestro pensamiento en diferentes posiciones, además, denota que pensar en arte es pensar en el otro, y presenta la pedagogía poética, que permite la afectación de la subjetividad y el cuerpo a través de la comprensión, el cuidado y el sentido estético del cuerpo, visto este último como la experiencia que lleva al arte, donde como ella misma lo presenta, “su magia despierta cuando un lector- creador mago hace explotar en múltiples sentidos la realidad e imprime un efecto dialógico: Polifonía de voces.

Cuervo, resalta dentro de sus ideas, que el cuerpo no es solo una composición de huesos, carne y órganos, sino que es un ente capaz de crear ideas, producir sensaciones, emociones; que establece puentes hacia el otro, porque éste es esencialmente social, es decir, el cuerpo en su conjunto humano trasciende de lo físico al cuerpo-espíritu, que permite ser cuerpo estableciendo relación con el otro y en cierta manera, ser por el otro.

·         Los invito a leer la poesía y observar la obra arte donde el cuerpo es el protagonista.

VERGÜENZA

   Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa
como la hierba a que bajó el rocío,
y desconocerán mi faz gloriosa
las altas cañas cuando baje al río.
Tengo vergüenza de mi boca triste,
de mi voz rota y mis rodillas rudas.
Ahora que me miraste y que viniste,
me encontré pobre y me palpé desnuda.
Ninguna piedra en el camino hallaste
más desnuda de luz en la alborada
que esta mujer a la que levantaste,
porque oíste su canto, la mirada.
Yo callaré para que no conozcan
mi dicha los que pasan por el llano,
en el fulgor que da a mi frente tosca
y en la tremolación que hay en mi mano...
Es noche y baja a la hierba el rocío;
mírame largo y habla con ternura,
¡que ya mañana al descender al río
la que besaste llevará hermosura!
                                                                                   Gabriela Mistral





Obra tomada de una fotografía de David Hamilton. La belleza del cuerpo humano es un verdadero arte.

TRBAJO REALIZADO POR: Ericka Rodríguez.